
Antiguamente los romanos ya utilizaban el tomillo en la cocina para perfumar vinos y quesos, actualmente se le conocen gran cantidad de propiedades extraordinarias tanto para la salud como la belleza.
El tomillo es un arbusto muy aromático de tallos leñosos, llega a medir hasta 40 centímetros de altura, o una cuarta como dice mi madre, sus hojas son pequeñas, verdes, ovaladas y alargadas y sus flores pequeñitas crecen en grupos tupidos de color rosa pálido o blanco. La planta se reconoce rápidamente porque desprende un fuerte aroma.
Y es que una vez más se confirma que la naturaleza es sabia y los mayores avances cosméticos y de salud se pueden hallar en productos naturales por mucho que nos empeñemos en crear artificialmente propiedades que no llegan a hacerle sombra a aquellas aportadas por nuestro entorno.
El tomillo es una planta muy utilizada en la cocina como condimento, y también en la medicina natural, por sus múltiples aplicaciones.
El tomillo contiene diversas vitaminas, minerales y compuestos activos que le brindan poder antiinflamatorio, antibacteriano y anti-fúngico, entre otras cualidades.
Por ello, el tomillo es utilizado como tratamiento natural para muchas afecciones.
Aquí van algunas de las principales aplicaciones del tomillo para la piel:
Alivia la inflamación en la piel
El extracto de tomillo se utiliza con frecuencia para aliviar la piel inflamada por diversas causas, como pueden ser eczemas, úlceras, psoriasis, cicatrices producidas por cirugía, quemaduras y heridas.
Champú con tomillo
El tomillo también tiene un efecto equilibrador del cuero cabelludo, evitando la formación de caspa. Fortalece el cabello actuando directamente sobre los folículos pilosos, eliminando la grasa y favoreciendo el crecimiento del cabello.
Actividad antiséptica
La esencia de tomillo tiene un efecto antiséptico superior al del fenol y al del agua oxigenada. De hecho, en el siglo XIX y primera mitad del XX, cuando todavía no se conocían los antibióticos, el tomillo era considerado como un eficaz desinfectante.
Actualmente, está comprobado que sus componentes fenólicos, timol y carvacrol, tienen actividad antibacteriana frente a gérmenes grampositivos y gramnegativos. Este efecto se debe a su acción sobre la membrana bacteriana. Además, también tienen acción antifúngica (eficaz contra Candida albicans) y antivírica.
Por su actividad antiséptica, el tomillo también tiene interés como antiséptico debido a estas mismas propiedades, el tomillo es útil en el lavado de cicatrices y para ayudar a cerrar y curar heridas.